Hola, aquí nuevamente les
escribe su hombre desvergonzado, en esta ocasión quiero contarles una nueva
experiencia, ayer conocí a un ángel.
Hace mucho que no salía a un
café, pues ayer decidí hacerlo, ¨La Cantera¨, es mi café favorito, mientras
disfrutaba de mi pucho y mi café y pensaba en ¿qué haríamos sin las mujeres en
este mundo?, mi mente se distrajo totalmente cuando pasó un ángel, ese ángel
que fue capaz de poner mi mente en blanco, se encontraba sola y con un atuendo
bastante particular, llevaba puesta un saco de paño color palo de rosa y unos
vaqueros que marcaban muy bien su
cintura y una bella bufanda que hacía juego con su saco, su pelo esta castaño
al igual que sus divinos ojos, eran impresionante como quedé anonadado con su
hermosa cabellera y esa fragancia que me volvió loco, era imposible que mi
ángel se no diera cuenta que mis ojos estaban clavados en ella, ¿saben qué es
lo mejor?... Ella también clavó sus ojos en los míos, entonces sentí esas
fuerzas de erotismos entre nuestros cuerpos, definitivamente ella sentía como
mi cuerpo deseaba el suyo, se fue a sentar a otra mesa y se puso a leer, pero
hasta su disimulo era tan notorio que no dejábamos de mirarnos.
Al final, como este hombre
desvergonzado lo haría, me paré y me senté en su mesa y le invité un pucho,
ella aceptó, le dije mi nombre y ella sonrió, se paró y me hizo una señal para
que la siguiera, salimos afuera y mis deseos no podían más, la tomé de la
cintura fuertemente y la miré, comenzamos con coqueteos sensuales hasta que su
deliciosa boca termina en mi cuello, nos encontrábamos muy cerca el uno del
otro, entonces nos dirigimos a mi coche y la llevé a mi departamento,
definitivamente era un ángel que me llevó al cielo.
¡Saludos!
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